domingo, 22 de octubre de 2023

Sesiones del 23 y 25 de octubre

 

En el siguiente enlace podéis leer una entrevista sobre la leyenda negra

https://www.20minutos.es/noticia/5178817/0/entrevista-esteban-mira-caballos-12-octubre-dia-historico-fundamental-devenir-espana-america-mundo/


  “LA PROPAGANDA CONTRA FELIPE II FUE MUY EFICAZ”

ENTREVISTA

El historiador Enrique Martínez Ruiz continúa desmadejando en su nueva biografía la personalidad del rey y las circunstancias con que lidió

Con Felipe IIel personaje ha devorado a la persona. A lo largo de mucho tiempo, su figura encarnó a la España más negra, la del fanatismo católico y la Inquisición. En la actualidad, las aportaciones de la historiografía permiten una visión mucho más ecuánime. Enrique Martínez Ruiz, catedrático de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid, es uno de los especialistas que mejor conoce al Rey Prudente. Lo demuestra en Felipe II (La Esfera de los Libros, 2020), un trabajo hercúleo fruto de toda una vida de investigaciones.

No se trata de una biografía convencional de tipo cronológico. El autor prefiere dividir su estudio en tres grandes bloques dedicados al hombre, al rey y al mito. En la línea de la Escuela de los Anales, su misión no es juzgar, sino comprender y hacer comprender. Ha tenido en cuenta, por supuesto, los acontecimientos políticos de la época, pero también ha prestado mucha atención a otras facetas de su protagonista, como el mecenazgo artístico o la devoción religiosa. Nos introduce así en las coordenadas de un monarca complejo y a menudo contradictorio, capaz de mostrar una profunda fe y a la vez practicar un implacable culto a la razón de Estado.

Para unos, Felipe II es el Rey Prudente. Para otros, el Demonio del Mediodía. ¿Ha conseguido la historiografía alejarse de los estereotipos?

El enfrentamiento hagiográfico y denigrante que entrañan las leyendas áurea y negra hace tiempo que historiográficamente se ha superado, sobre todo por el reconocimiento generalizado de que la Leyenda Negra es un cúmulo de inexactitudes y falsedades, que ha manipulado y extremado los hechos que le dan pie.

¿Cómo influyó sobre Felipe II la sombra de su padre, Carlos V?

Carlos V fue para Felipe II un “padre lejano” por su constante viajar. Pero tan intermitente relación no impidió que Carlos fuera fundamental en la educación política y cortesana de Felipe y que este sintiera tanto afecto como admiración por su progenitor, si bien su influencia sobre la política filipina se limita a los primeros años del reinado, cuando el ya rey ha de afrontar los problemas no resueltos por su padre. A partir de la década de 1560, la política filipina tiene su propia dinámica, diferente de la carolina.

¿A quién admiraba?

Admirar, lo que se dice admirar, sería su padre la única persona a la que admiró. Tal vez en su niñez y adolescencia sintiera algo parecido a la admiración por su ayo don Juan de Zúñiga, un excelente caballero que fue abriendo el camino del príncipe desde la niñez a la adultez.

En su libro cuenta que, cuando interrumpió su relación con Isabel de Osorio, el rey le regaló dos millones de maravedíes. ¿Cómo podemos interpretar este gesto?

Isabel de Osorio fue la primera amante del rey de la que tenemos noticia. Fue una aventura amorosa en plena juventud. Su relación con Felipe fue tan conocida que ya no se casó. La donación real era una de las maneras que los soberanos tenían para favorecer a amigos, protegidos y servidores. Isabel vivió con gran desahogo el resto de su vida en su palacio de la Saldañuela, una villa cerca de Burgos.

¿Felipe II es el rey más trabajador de la historia de España?

Yo creo que sí. Su capacidad de trabajo era asombrosa. En ocasiones señalaba en sus cartas que ya no podía aguantar más, que los ojos se le cerraban de sueño. Se ha calculado que diariamente llegaba a ver cuatrocientos asuntos. Todo lo veía, todo lo analizaba y solía poner anotaciones de su puño y letra en los papeles que estudiaba.

Si Felipe II era rey de Castilla, Aragón y otros territorios que solo tenían en común su persona, ¿por qué le denominamos “español”?

Porque la proyección exterior de ese conjunto de territorios era unitaria. Los italianos fueron de los primeros en utilizar el nombre de españoles para referirse a los que llegaban desde la península Ibérica, la Hispania romana. Por otro lado, los ejércitos de la monarquía hispánica eran un mosaico de nacionalidades, donde militaban flamencos, valones, alemanes, suizos, irlandeses, italianos… y españoles. No se hacían distinciones en el contingente que ellos formaban si se trataba de castellanos, aragoneses, navarros y demás.

Se acusa a Felipe II de guiarse por intereses dinásticos y no nacionales. Pero ¿puede decirse que las contiendas en territorios lejanos servían para evitar ataques a la península?

En cierto modo, sí. De hecho, en los momentos cruciales de la sublevación flamenca, algunos cortesanos manifestaron que si se tenía la guerra lejos estaba más segura la integridad territorial peninsular. Era claramente preferible la guerra fuera que en casa, pues las consecuencias negativas (destrucciones, mantenimiento de las tropas, saqueos y demás desenlaces dramáticos de la contienda) afectarían al escenario donde se desarrollaba el choque de los ejércitos.

El rey en aquella época tenía que gobernar cada uno de sus territorios desde el respeto a sus peculiaridades. ¿Se anticipó la monarquía de los Austrias al federalismo actual?

Yo diría que, si no en la teoría, en la práctica sí. Cada reino tenía sus propias instituciones, legislación, moneda y, en algunos casos, como en los componentes de la Corona de Aragón, unos fueros que acentuaban su propia personalidad y constituían una especie de valla que el poder real tenía que tener en cuenta a la hora de aplicar sus atribuciones.

Hay un lienzo de Tiziano, Venus y Adonis, en el que los rasgos de Adonis parecen los de Felipe II. ¿Qué pretendía el rey haciéndose representar en una escena de la mitología pagana?

También se ha dicho que Venus representaba a Isabel de Osorio, con lo que el cuadro vendría a ser una alegoría de la separación de los dos amantes, una especie de reconocimiento por parte de Felipe II de su amor y de lo que suponía separarse de su amada.

Se acostumbra a presentar a la España imperial como incompetente en cuestiones navales. ¿Corresponde esta imagen con lo que sucede en tiempos de Felipe II?

En manera alguna. La construcción naval en la costa cantábrica era magnífica. Las atarazanas sevillana y barcelonesa eran astilleros tan activos como eficaces. Otros centros de construcción estaban repartidos por el litoral peninsular y en algunos lugares de América, como La Habana.

Un imperio como el español, repartido por las tierras y mares conocidos, tenía necesariamente que cuidar la construcción naval y lo hizo con eficacia, lo demuestra el que mantuviera flotas y armadas en el Mediterráneo, el Atlántico, el Caribe y el Pacífico.

¿Por qué un monarca tan católico, que se consideraba el defensor por antonomasia de la religión, no duda en enfrentarse al papa cuando le parece oportuno?

Los papas del Renacimiento eran soberanos con apetencias políticas y participantes activos en las relaciones internacionales. En esa dinámica, el Pontificado podía ser un enemigo potencial en determinadas coyunturas, alineándose en el bando contrario a los intereses españoles. En ese caso, Felipe II mostrará abiertamente sus discrepancias.

¿Cómo se explica que un hombre tan religioso se interesara por la astrología y el esoterismo?

Como a otros muchos contemporáneos, a Felipe II le interesó la ciencia en su más amplio sentido, y vertientes de esa ciencia eran la astrología, el esoterismo, la alquimia…

Felipe II le recomendó a su hijo y heredero, Felipe III, que sufriera las adversidades “con buen ánimo” y pensara que las tenía merecidas. ¿Predicó él mismo con el ejemplo?

La forma en que Felipe aguantó su decrepitud física y soportó las dolencias que le afectaron en sus últimos meses fue un ejemplo de resignación y estoicismo, y en ese sentido aleccionó a su hijo en más de una ocasión, empleando frases como la del enunciado y otra, aún más significativa, que le dijo, entre otras cosas, cuando se encontraba al limite de su postración y decrepitud: os he llamado para que veáis “en qué queda todo”.

¿Fue Felipe II un rey querido por sus vasallos?

No lo fue especialmente. La solemnidad de la majestad, la “lejanía”, la adustez que reflejaba su figura no hacían de él una persona atractiva. Si a esto añadimos que las dificultades económicas, las bancarrotas y una fiscalidad asfixiante incidieron duramente en el reino. Hasta el punto de que uno de los embajadores venecianos refirió que, a finales del reinado, entre la gente corría el dicho: “Si el rey no acaba, el reino acaba”.

La leyenda negra se impuso. ¿Por qué un soberano tan poderoso perdió la batalla de la propaganda?

La Leyenda Negra creó una imagen del rey que alcanzó una gran y duradera difusión, compuesta por infundios, inexactitudes y acusaciones de fuerza realmente impactante, que se aceptaron como paradigmáticas, no solo del rey sino también del pueblo español, duramente denigrado igualmente. La propaganda en contra del rey fue muy eficaz.

En cambio, la leyenda rosa –yo prefiero llamarla áurea– no tuvo esa fortuna, pues careció de la fuerza y la constancia de su rival. Sus imágenes querían exaltar la verdad y el compromiso real con unos ideales trascendentes, pero no podían competir en eficacia con las difundidas por la otra leyenda antagónica. Y eso que el rey tuvo defensores tanto en Francia como en Inglaterra, en los ambientes católicos, y, por supuesto, entre los españoles, aunque las mejores apologías del rey se publican después de su muerte.

 

                             LA REVUELTA DE 1640 Y LA REPÚBLICA CATALANA

Cataluña ya se proclamó república independiente en 1641, después de la revuelta de los segadores. Eso sí, tras apenas unos días, el país se colocó bajo protección francesa
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Las tensiones entre Cataluña y España llevaban años alimentándose. Por un lado, la política imperial castellana supuso un abundante gasto para las arcas. El conde-duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, intentó compensar esta situación económica con la Unión de Armas. El objetivo era que todos los reinos de la monarquía, y no solo Castilla, contribuyeran económicamente y con hombres al esfuerzo militar. Barcelona se negó porque iba contra las constituciones catalanas.

A eso se unió que España entró en guerra con Francia en 1635. Se trataba de un nuevo episodio de la Guerra de los Treinta Años, que llevaba en marcha desde 1618. El ejército francés invadió el norte de Cataluña y Olivares respondió enviando miles de hombres para preparar la nueva campaña, pero sin permiso de las instituciones catalanas. Olivares envió una carta al virrey que interceptaron los catalanes y se leyó en la Diputación: “Los catalanes son naturalmente ligeros: unas veces quieren y otras no quieren. Hágales entender V. S. que la salud del pueblo y del ejército debe preferirse a todas las leyes y privilegios”.

El alojamiento de tercios de Felipe IV creó tensiones con el campesinado, que incluyeron, como se recuerda en la Historia de Catalunya dirigida por Albert Balcells, el “saqueo, profanación e incendio” de varias iglesias.

Todo esto contribuyó a suscitar un alzamiento popular en 1640 contra las tropas castellanas. Segadores (e insurgentes disfrazados de segadores) entraron en Barcelona, acorralaron al virrey en su palacio y lo asesinaron junto a todo su séquito en la playa, mientras trataba de huir en un galeón.

“Fue bastante caótico -escribe Henry Kamen en España y Cataluña: historia de una pasión-: la ley y el orden se quebraron totalmente en Cataluña porque las clases altas catalanas temieron actuar contra sus propios vasallos”. En octubre se firmó un acuerdo de defensa con los franceses. El 16 de enero de 1641, Pau Claris, presidente de la Generalitat, proclamó la república, pero el 23 de enero se transfirió el título de conde de Barcelona de Felipe IV a Luis XIII, “poniéndose de este modo y voluntariamente bajo la corona francesa”.

No salió bien. Kamen apunta “el Estado francés era mucho menos respetuoso con sus privilegios que los castellanos” y el experimento terminó 12 años más tarde. Felipe IV recuperaría Cataluña, pero Luis XIV se quedó el Rosellón y parte de la Cerdaña. El rey español juró respetar las constituciones, eso sí. No estaba para ponerse exquisito: en 1640 Portugal también había declarado su independencia, gracias a una alianza con Inglaterra.

En los siguientes enlaces podéis ver una entrevista y el libro de Mª Elvira Roca Barea donde se explican los diferentes aspectos que definen la Leyenda negra.





           La princesa de Éboli


En los siguientes enlaces, podéis ver algunos documentales relacionados con lo visto durante esta semana en clase






LA GUERRA DE 1714 FUE DE “SUCESIÓN”

El relato independentista sostiene, basándose en la vieja historiografía romántica, que la guerra de sucesión española de principios del siglo XVIII fue una guerra de secesión, de independencia de Cataluña respecto de España. Un pueblo independiente y democrático, dice, “fue conquistado y sus libertades abolidas”. Al contrario que el pueblo estadounidense, que en 1773 se liberó del yugo colonial británico, Cataluña fue sometida, afirma

No fue así. Al morir Carlos II El Hechizado (1700) sin descendencia directa, se desató una batalla europea por hacerse con la Corona de España. Los dos grandes candidatos eran Felipe V de Borbón (nieto de Luis XIV de Francia) y el archiduque Carlos de Austria. Los Borbones pretendían la hegemonía continental, aliando a España con Francia. Los austracistas contaban con el apoyo de Inglaterra —siempre aterrada ante un excesivo poder de una sola nación en el continente—, secundada por los Países Bajos.

Lo que pronto sería una cruenta guerra de monarquías también lo fue de proyectos: el librecambismo anglo-holandés frente al proteccionismo fisiócrata francés; la burguesía mercantil frente a la alianza de las aristocracias agrícola y cortesana; el vago proto-confederalismo de Viena frente a la centralización absolutista heredera del rey Sol; las periferias versus el centro de Europa.

Estas líneas divisorias acabaron encontrando partidarios, fieles y servidores en distintos lugares de la Península. Aunque fueron alianzas efímeras y variables, el reino de Castilla sintonizó más con el envite francés; el Principado de Cataluña, más mercantil, con las incitaciones austracistas.

Pero, al inicio, los catalanes acogieron al Borbón con entusiasmo, como ha historiado el gran especialista del momento, Joaquim Albareda (La guerra de sucessió i l’Onze de setembre, Empúries; y Política, economia i guerra, Barcelona 1700, Colecció La Ciutat del Born).

En efecto, ante las Cortes catalanas, reunidas en 1701 por vez primera desde 1599, ¡hacía un siglo! (lo que indica que el sistema funcionaba a poco gas), Felipe juró las Constituciones supervivientes de la Edad Media. Y otorgó un puerto franco a Barcelona, licencia para dos barcos anuales a América y otras libertades comerciales.

Pero, empujados por el síndrome antifrancés desde la reciente y frustrante anexión a Francia (entre 1640, cuando el incompetente canónigo/president Pau Claris entregó el Principado a Luis XIII, y 1652, cuando, desengañados de París, los catalanes volvieron a la Corona hispánica); por la invasión de manufacturas galas y por algunas medidas despóticas del virrey, cambiaron de bando y se entregaron al archiduque, que les abandonó para ir a Viena y coronarse emperador.

Se había desatado una guerra internacional doblada de guerra civil: francófilos contra austracistas. Y una guerra civil dentro de la guerra civil: las clases industriales e ilustradas, con los Borbones desde Mataró; los componentes más humildes de los gremios, formando la Coronela, una milicia austracista derrotada y pasada a fuego, en Barcelona.

No fue pues una guerra de una nación contra otra, ni de independencia, ni de secesión, ni patriótica, sino que las leyes y Constituciones catalanas antiguas se usaron por ambos bandos como reclamo, lema, anzuelo o coartada cambiante. Trajo desastres, pero no destruyó el Principado. El final de la guerra catapultó a Cataluña a la revolución económica: primero agrícola-mercantil y luego proto-industrial, como asegura el maestro Pierre Vilar en Catalunya en l'Espanya moderna  (Ediciones 62)

LOS MITOS DE 1714

            La lucha por el trono no enfrentó a Cataluña con el resto de España, ni los catalanes fueron todos  durante todo el tiempo antifelipistas.

            Hubo una Cataluña borbónica (Cervera, Berga, Manlleu, Ripoll, Centelles), como también un Aragón y una Valencia borbónicas. Cuando Barcelona fue finalmente tomada por los austracistas en 1705, salieron de la ciudad 6.000 borbónicos.

            Los catalanes inicialmente no fueron antifelipistas. Los elogios de los catalanes a Felipe V con motivo de su llegada a Barcelona para las Cortes de 1701 y 1702, salpican la literatura de estos primeros años de su reinado. Es más, se casó en Cataluña con su primera mujer, María Luisa Gabriela.

            El cambio de Cataluña en 1704-5, se debió sobre todo a que la burguesía comercial catalana creyó que sus intereses se conjugaban mejor con la política económica de los aliados (prohibición de entrada de manufacturas francesas, así como de las exportaciones de lanas a Francia, concesión del puerto franco de Barcelona, instalación de artesanos extranjeros en Barcelona…).

            A partir de la batalla de Almansa, con victoria borbónica, Valencia y Aragón van a perder sus fueros, resistiendo únicamente Cataluña. Desde 1707 el austracismo ya solo existe en Cataluña, y desde 1712 sólo en Barcelona y sin cabeza legal representativa.

        El archiduque Carlos se va a Viena en 1711 para convertirse en emperador (Carlos VI), quedándose solo Cataluña frente a Felipe V. El patetismo de la situación lo demuestra que los catalanes llegaron a buscar una alianza con los turcos.

            Giro en la política internacional:

            Carlos quería ser rey de España, no de Cataluña; por eso, la posibilidad de ser emperador le resultó muy liberalizadora. Tras la coronación, la política internacional dará un gran giro: Inglaterra y Holanda se desinteresaron de la guerra. A Inglaterra sólo le interesaba el comercio con las colonias, conseguido en el Tratado de Utrecht con el navío de permiso y el derecho de asiento. El propio emperador también evolucionó: en 1712 proponía que Cataluña se convirtiera en una República libre. Un año más tarde sacaba sus tropas de Cataluña, aunque reivindicaba la conservación de los fueros.

            Barcelona fue bombardeada desde abril hasta septiembre. El 11 de septiembre de 1714, las tropas de Felipe V culminaron su asalto a la ciudad de Barcelona. Los austracistas tuvieron 6.850 bajas mientras los borbónicos tuvieron 14.200. El legado político de la Guerra de Sucesión fue la supresión de las “constituciones” catalanas y el gobierno de los capitanes generales; la imposición del catastro y la supresión de las universidades catalanas y la creación de la Universidad de Cervera.

            La fiesta del 11 de septiembre se empezó a celebrar en 1891, con homenajes anuales a la figura de Casanova.

            En torno al 11 de septiembre de 1714 han proliferado muchos mitos. El primero gira en torno a la biografía de Rafael Casanova, presunto héroe del 11 de septiembre, eje sobre el que gira la fiesta nacional catalana. Sin embargo, la biografía real de Casanova tiene poco que ver con el mito. Fue consejero tercero en el Consell de Barcelona. Su trayectoria es prácticamente desconocida durante la guerra En noviembre de 1713 es elegido conceller en cap de la ciudad de Barcelona. Colaboró activamente en la defensa de la ciudad, aunque en los últimos días del sitio era partidario de la negociación. El 14 de septiembre dictó un bando de convocatoria a las armas de todos los barceloneses mayores de 14 años para la defensa de la ciudad.

            En el enfrentamiento con el enemigo fue herido en un muslo. En 1715 ejercía de abogado en Barcelona. Una vida poco heroica, más allá del día en que fue herido. Ni antes del 14 de septiembre ni después, la figura de Casanova representa lo que se le atribuye: la épica resistencia a los borbónicos.

            En un escrito el 1728 se queja de haber sido calumniado, haciendo correr la voz que su mujer e hijos  se habían pasado al partido borbónico durante el sitio.

            El papel del Consell del Cent: La resistencia de Barcelona se explica por una singular confusión de los deseos con la realidad, una confianza excesiva en los aliados y una fanatización religiosa extrema. La Generalitat no fue suprimida por lo borbónicos, sino por el Consell del Cent en pleno mandato austracista.

            Muchos de los austracistas resistentes en Barcelona no eran catalanes, sino exiliados valencianos o aragoneses. Muchos de ellos defendieron la ciudad en nombre de las “libertades españolas”. Buena parte de los catalanes se integraron en el sistema borbónico: comerciantes célebres austracistas comenzaron a colaborar con comerciantes borbónicos.

            La Nueva Planta en Cataluña, con la supresión de los fueros en 1716, es el resultado de la victoria militar del borbonismo sobre el austracismo. Además de esta circunstancia, en los decretos subyacen dos realidades evidentes: hubo un delito de lesa majestad, de desobediencia al monarca al que se había jurado lealtad, de rebelión de los súbditos, lo que en la concepción de las monarquías absolutas europeas de la época legitimaba el derecho de conquista. Hubo anteriormente un fracaso previo de la España horizontal del último Austria, como en 1640 fracasó la España vertical del Conde-Duque de Olivares. A finales del XVII estaba en cuestión la España horizontal reivindicada por los catalanes por los problemas de gobernabilidad que la misma suponía. La amenaza del reparto del territorio hispánico en esos años finales del XVII es patente.

            El contenido político de la Nueva Planta responde a la conjunción de un doble proyecto de distintas raíces: el castellanizador olivarista  el uniformizador a la francesa. De hecho, la propia Castilla sufrió el cambio de sus estructuras tradicionales por las francesas. Pero tampoco fue la aplicación del modelo centralista a la francesa: se mantuvieron múltiples restos del viejo sistema foral: se mantuvieron, por ejemplo, el derecho civil aragonés y catalán y no se cumplió el principio de la priorización de los méritos sobre el origen territorial.

            Los Decretos fueron muchos más duros en Aragón y Valencia (reciente la victoria de Almansa), con la supresión definitiva del Derecho civil en Valencia, que en Cataluña y Mallorca.

            Con Felipe V nació una nueva España: la Nueva Planta desmanteló los fueros, desaparecieron las instituciones históricas propias de los reinos (Cortes, diputaciones, administración fiscal particular, se suprimieron las reservas de “naturalización”, que limitaban la libertad del rey en la elección de sus propios agentes, imponiéndole “naturales” de cada reino. Se trataba de hacer de España una sola monarquía en la que todos los súbditos quedasen sometidos a un régimen común, a unas mismas leyes y a una sola Administración. Hay una verdadera voluntad de uniformar, de construir un estado centralizado, con un sistema muy militarizado.

            Con Carlos III el centralismo se acentúa (disposiciones represivas contra el catalán en 1768

            El Decreto de Nueva Planta para Cataluña: La Guerra de Sucesión fue la ocasión para resolver la cuestión del encaje político entre los diversos bloques de la monarquía compuesta. En un principio, Felipe V no debió tener ninguna voluntad de modificar la situación existente a su llegada, por lo que es posible que, de haber ido las cosas de otro modo, tal vez nunca se hubiera planteado una solución radical al poner en práctica la política de uniformización y centralización consustancial al absolutismo ilustrado. La Nueva Planta para los territorios de la Corona de Aragón, se decretó al calor de un conflicto bélico que implicó la invasión del suelo español por tropas extranjeras en connivencia con el partido austracista victorioso en los reinos orientales, lo que explica la voluntad punitiva y el fundamento en el derecho de conquista de la reforma constitucional.

            El nuevo sistema institucional se basa en la autoridad del capitán general. Por su parte, la autonomía municipal, tan arraigada en la Corona de Aragón, fue sometida a una drástica revisión: todos los cargos eran designados por la autoridad real, imponiéndose el sistema castellano de los corregidores, que trajo consigo una nueva división territorial del principado.

            Se suprimieron las cortes, y las Diputaciones de Cortes y se llevó a cabo una cierta castellanización idiomática, siendo privilegiado el castellano frente al catalán. Los Decretos de Nueva Planta supusieron la supresión de las instituciones tradicionales, la represión sobre la población desafecta y el carácter punitivo de su implantación. Sin embargo, esto no se produjo por un capricho real, sino como consecuencia de un enfrentamiento con unos súbditos que habían quebrantado un juramento de fidelidad (Cortes de 1701-02), un hecho de la máxima importancia dentro del ordenamiento jurídico y de la cultura política del A. R.  Estos decretos serán el último capítulo de la consolidación del absolutismo en la Corona de Aragón, un proceso común a toda la Europa  Moderna. Este rey, que abolió los fueros, fue el mismo  rey que debe vincularse al probado despegue económico, social y cultural de Cataluña en el siglo de las luces

CARLOS III, UN REY QUE NOS VINO YA ENSEÑADO

Antes de ser rey de España lo fue de Nápoles y Sicilia. Cuando se le llamó a España tenía 43 años y era soberano en ejercicio antes de cumplir los 20.

Carlos III hizo lo mismo a lo que se dedican millones de españoles durante unos años de su juventud: preparar oposiciones. Antes de ser rey de España lo fue de Nápoles y Sicilia. De modo que cuando se le llamó a España tenía ya cuarenta y tres años de edad y era soberano en ejercicio desde antes de cumplir los veinte.

No se esperaba que accediese al trono español, porque tenía dos hermanos mayores. Éstos, efectivamente, reinaron como Luis I y Fernando VI, pero murieron sin descendencia.

Su madre, Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V desde 1714, implicó a España en varias guerras para conseguir coronas para sus hijos. Y así Carlos recibió primero el ducado de Parma y luego los reinos de Nápoles y de Sicilia, con los que se formó el reino de las Dos Sicilias.

Cuando vino a España, en octubre de 1759, desembarcó en Barcelona, ciudad que el ejército de su padre había tomado al asalto en 1714. Los catalanes, que habían apoyado al archiduque Carlos, le agasajaron con este grito: ¡Viva Carlos Tercero, el verdadero!

Antes de cumplirse el primer año de su estancia en España, su esposa, María Amalia de Sajonia, falleció de tuberculosis. Carlos, que se había casado con ella después de que se la eligiesen sus padres, la amaba tanto que no volvió a tomar mujer.

En la corte hubo dos partidos. El aragonés, formado por los partidarios de las reformas y la nobleza de capa y espada, y estaba dirigido por Aranda. Y el de los golillas, los letrados y funcionarios más adictos a Carlos, encabezado por Floridablanda y Campomanes.

El acontecimiento axial de su reinado fue el motín llamado de Esquilache, en 1766. Estalló en Madrid el 23 de marzo y se extendió por toda España, de Bilbao a Cádiz y de La Coruña a Cartagena. Carlos tuvo que ceder ante el populacho y destituir a sus ministros italianos. Su humillación fue tal que abandonó la capital durante ocho meses. A partir de entonces se dedicó a restablecer el principio de autoridad.

La excusa para expulsar a la élite

Sus funcionarios culparon a los jesuitas de provocar los motines. Fue una mentira y una excusa para expulsar a una élite que se oponía al poder del soberano. Las causas verdaderas fueron las malas cosechas y la incompetencia de la Administración.

Por ello, en los siguientes años se hicieron más reformas para aumentar la producción de bienes y alimentos, así como el comercio. Se dedicaron montes y dehesas a la labranza, se disminuyeron los privilegios de la Mesta, se mejoró el Ejército, se abrieron nuevos caminos y canales, se trató de asentar a los gitanos, se suprimió el monopolio de comercio con las Indias… Y para cambiar las costumbres de los españoles, en 1783 una cédula derogó una pragmática de 1447 que había declarado varios oficios manuales (zapatero, sastre, carnicero, curtidor, o carpintero) como "viles"; a partir de entonces, sus titulares podían acceder a empleos municipales.

Carlos III cambió la política de neutralidad de Fernando VI. Así, se alió con sus parientes de Francia e Italia para combatir a los ingleses, que amenazaban el imperio español. Recuperó para la patria Menorca en 1782, pero fue vencido ante Gibraltar.

Contribuyó a la independencia de Estados Unidos para debilitar a Londres. El conde de Aranda, embajador en París, le advirtió de que el nacimiento la nueva república tendría consecuencias para la América española. El político propuso la constitución de tres reinos independientes en las Indias bajo gobierno de otros tantos miembros de la Casa de Borbón y aliados a España.

Una leyenda rosa
A diferencia de Felipe II desfigurado por la leyenda negra, sobre Carlos III ha caído una leyenda rosa que le presenta como un monarca afín a la masonería y con numerosos ministros masones. Sin embargo, Carlos persiguió a la masonería tanto en Nápoles como en España. Así la calificó él mismo: ...ese gravísimo negocio o perniciosa secta perniciosa para el bien de Nuestra Santa Religión y del Estado.

Carlos III, que murió en 1788, fue de un comportamiento ejemplar como persona y católico: austero, piadoso, devoto de la Inmaculada Concepción... Comenzó las excavaciones de Pompeya y concluyó el Palacio Real de Madrid. Su gran afición fue la caza, que empezó a practicar a los seis años. De él dijo un admirador, el financiero Cabarrús, que no había tenido "más norte que el de la felicidad de sus vasallos".

Autor: Pedro Fernández Barbadillo

En el siguiente enlace podéis ver comentada la obra de Van Loo, "Retrato de la familia de Felipe V"

La familia de Felipe V

En este otro, un documental sobre la nueva dinastía de los Borbones y Felipe V

La nueva España de los primeros Borbones: Felipe V

En el último enlace, un documental sobre el reinado de Carlos III

Carlos III: luces y sombras del despotismo ilustrado

domingo, 15 de octubre de 2023

Sesiones del 16 y 18 de octubre

En el siguiente enlace podéis ver un artículo sobre la reina Isabel la Católica

Una reina fausta e infausta

En el siguiente enlace podéis ver información y el texto del Edicto de expulsión de los judíos de 1492

Expulsión de los judíos de 1492

CUNA DEL PARLAMENTARISMO: NI INGLATERRA NI LEÓN, CASTILLA
A propósito de su visita oficial al 10 de Downing Street , Rajoy publicó un artículo en 'The Guardian' en el que concedía a Gran Bretaña el título de “cuna del parlamentarismo”
El pasado 5 de diciembre, a propósito de su visita oficial al 10 de Downing Street  para entrevistarse con la 'premier' Theresa May, el jefe del Gobierno español publicó un artículo en el diario británico 'The Guardian' en el que concedía a Gran Bretaña el título de “cuna del parlamentarismo”. Flaco favor le hizo al presidente Rajoy el edecán que le escribiera dicha pieza periodística.
Los leoneses (Colectivo de Ciudadanos del Reino de León), con su alcalde a la cabeza (Antonio Silván), protestaron por la concesión; otros partidos de la oposición en dicha provincia alzaron aún más su voz, hasta llegar a llamar al gallego “indocumentado e ignorante histórico”.
Se abrazan los leoneses a una conclusión oficial de la Unesco que se ampara en los Decreta de 1188 para asentar sus convicciones a tal respecto. Esos Decretos confirmarían que fue el Reino de León donde se instauró por vez primera el parlamentarismo en el mundo. Es la primera vez que existen testimonios escritos, pero no orales.
Sin embargo, no parece ser esa la auténtica verdad histórica.
En 1187 el rey castellano Alfonso VIII convocó a los representantes de las 50 ciudades más importantes de Castilla. Ese fue el primer Parlamento del mundo
Don Claudio Sánchez Albornoz, el medievalista español más grande de todos los tiempos, que durante su exilio argentino tras la Guerra Civil presidió la II República española, lo tiene así acreditado en su monumental obra en la que estudia la España medieval.
Lo recoge muy bien el periodista Arsenio Escolar, en colaboración con su hijo Ignacio, también colega de oficio del burgalés. Publicaron en el mes de octubre del año 2010 un libro titulado 'La Nación Inventada' (editorial Península) en el que hacen un repaso divulgativo histórico de los siglos en los que se forjó la identidad nacional castellana. Desde esa identidad castellana se forjaría después la Nación española.
En efecto. En 1187 el rey castellano Alfonso VIII debía autorizar el matrimonio de su hija mayor Berenguela con el príncipe germánico Conrado, a la sazón hijo de Federico I Barbarroja. Quiso el monarca castellano, que no lo debía ver muy claro, conocer la opinión de su pueblo. A tal efecto convocó en la localidad amurallada de San Esteban de Gormaz (Soria) a los notables de su corte, entre ellos, obispos, generales castrenses, condes y duques, el contable mayor del reino y asesores personales. Pero no sólo. Por vez primera convocó a los representantes de las 50 ciudades más importantes de Castilla. Ese fue el primer Parlamento del mundo.
Lo de León
Fue un año más tarde, 1188, cuando el rey de León, Alfonso IX, reúne en el formidable claustro de la Colegiata de San Isidoro de la capital leonesa a una alta curia de sus posesiones. El rey Alfonso toca generala no sólo para los notables sino también a representantes de las ciudades de la hoy provincia de León. Dice Escolar que “entonces ya había una incipiente burguesía rica que tributaba sus denarios para las arcas reales. A partir de entonces a ese nuevo órgano de apoyo al monarca se le denomina “Cortes”, que terminarán por alcanzar un grado permanente e inviolable dentro de las instituciones medievales de Castilla y León.
En el devenir de la Historia se encontrarían Berenguela y Conrado. La primera, en segundas nupcias tras la muerte de su primer esposo, tendría un hijo con el hijo del rey de León.

Estas Cortes fueron vistas por el mencionado Sánchez Albornoz como “un islote de hombres castellanos y leoneses libres en un mar feudal…”


En el siguiente enlace podéis leer un artículo que desarrolla la teoría de que fue el proceso de Reconquista la que provocó la desigualdad territorial en España


La desigualdad española nace en la Reconquista


En el siguiente enlace podéis leer un pequeño trabajo sobre la Escuela de Traductores de Toledo

Escuela de Traductores de Toledo


En el siguiente enlace podéis leer un artículo sobre el Camino de Santiago

El Camino de Santiago y el desarrollo cultural en Europa


En los siguientes enlaces podéis ver unos documentales centrados en lo visto en estas dos sesiones.

La disgregación del Islam andalusí y el avance cristiano

La península de los cinco reinos

La época de las tragedias (1348-1485)

La monarquía de los Reyes Católicos

América: un nuevo mundo 


En el siguiente enlace podéis ver la serie de rtve sobre la figura de Isabel la Católica.

https://www.rtve.es/play/videos/isabel/

miércoles, 4 de octubre de 2023

Sesiones del 9 y del 11 de octubre

 En los siguientes enlaces podemos ver algunos documentales sobre la historia de España

Tarteso, el reino legendario de Argantonio

Las grandes potencias se disputan Iberia

Hispania, un producto de Roma

Del imperio cristiano a los reinos bárbaros


En los siguientes enlaces podéis ver una serie de documentales sobre Al-Andalus muy interesanres

En el siguiente estudio podéis leer el origen y la expansión del Islam

https://www.almendron.com/artehistoria/arte/arquitectura/el-islam-desde-bagdad-hasta-cordoba/i-los-origenes-del-islam/

En el siguiente enlace podéis leer una publicación de Cervantes virtual sobre la influencia del árabe en el español

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-invasin-rabe-los-rabes-y-el-elemento-rabe-en-espaol-0/html/00b64db8-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html#:~:text=Introducci%C3%B3n%20hist%C3%B3rica.,en%20la%20batalla%20de%20Guadalete.


En el siguiente enlace podéis leer un estudio sobre "El collar de la paloma"

https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/congreso_37/congreso_37_27.pdf


En los siguientes enlaces podéis leer y escuchar algunos poemas de "El collar de la paloma"  

http://amediavoz.com/hazm.htm#1.%20De%20Esencia%20del%20amor

https://www.youtube.com/watch?v=H1TfIokyOGk&t=16s


En el siguiente enlace podéis ver la serie de rtve sobre Pedro I

https://www.rtve.es/play/videos/pedro-i-el-cruel/


En los siguientes enlaces podemos ampliar datos sobre la batalla de Covadonga


La Aventura de la Historia

Entrevista con el historiador José Luis Corral

La rosa de los vientos

Pelayo y la batalla de Covadonga

Vídeo sobre Covadonga

La batalla de Covadonga como mito


El apocalipsis de San juan


En el siguiente enlace hay un artículo sobe la Reconquista con un visión personal del autor

La Reconquista: un concepto tendencioso y clarificador


En este otro, un vídeo sobre el arte asturiano

Arte Prerrománico asturiano

En el siguiente enlace podéis ver un documental sobre lo visto esta semana en clase

El islam y la resistencia cristiana